to, muchas veces pasa que se presenta de forma repentina como una reacción ante un dolor que nuestro gatito pueda estar sintiendo. Si este es lo suficientemente fuerte o sin querer, jugando, tocamos el sector más dolorido, se generará una reacción inmediata muchas veces de ataque. En estos casos se recomienda contactarse inmediatamente con un veterinario para chequear los síntomas y buscar una solución que alivie su pena; con los planes Iké hay distintas opciones para poder obtener la ayuda de un profesional, ya sea por medio de consultas telefónicas o a través de un veterinario online – ambas incluidas de forma ilimitada – como por medio de una visita presencial.
Tu gato también podría reaccionar de forma violenta, mordiendo o arañando, si se encuentra estresado o frente a un estímulo externo como podría ser el miedo – y su necesidad de defenderse – ante una circunstancia ajena.
A medida que se van conociendo, es más fácil leer estas situaciones y entonces saber cómo introducir estos cambios de a poco, por ejemplo si hay una mudanza, no modificar el ambiente de pronto, sino que tu gato pueda ir también conociendo el nuevo espacio en distintas oportunidades antes de dejar su casa anterior o ante la llegada de un nuevo integrante de la familia, ir presentándolo de manera paulatina, para que vaya conociéndolo y familiarizándose con el.
Otros gatos además, reaccionan de forma abrupta a las caricias, al agua, a la socialización o a cualquier cosa que podría no gustarles. En estos casos también es importante saber leer a tu mascota y poder contenerla o evitar directamente determinadas situaciones que podrían mal predisponerla.
Algunas ideas para moldear el temperamento de tu gato
A continuación te compartimos algunos tips que podrían ayudar la próxima vez que tu amigo reaccione de forma inesperada. Siempre tené en cuenta considerar el contexto y el estado de tu gato para poder adaptar estos consejos a tu situación particular.
Lo principal será dejar de lado pequeñas acciones que uno puede preveer que podrían molestarlo. Alterar su movimiento, limitarlo o restringirlo, puede hacer que se sienta atrapado y reaccione. Por lo tanto es mejor buscar una forma segura de jugar. Otra cuestión a tener en cuenta, es evitar el uso de los dedos para llamar su atención. Si bien inicialmente puede parecer divertido, esto podría confundirlo y que tu gato piense que estos sí pueden ser mordidos, por ejemplo en una situación que lo sobrepase y busque atacar.
Lo mismo pasa con los ruidos extremos o los castigos físicos, que no sólo no van a ayudar a disminuir su agresividad, sino más bien todo lo contrario: los gatos suelen reaccionar en mayor escala ante una situación semejante y a la que consideran una amenaza.
Dentro de las alternativas para moldear su carácter, una forma de avalar el buen comportamiento y desechar las actitudes agresivas, es justamente ignorándolas. Alejarte puede ser una buena opción o dejarlo sólo un rato, de esta manera tu fiel compañero va a entender aquello que no te gusta por medio de tu reacción: la distancia. En contraposición, “premiar” las buenas acciones, es otra opción efectiva para que estas se conviertan en hábitos.
En casos extremos también, se puede llegar a reacondicionar el ambiente en donde vive tu gato; simplemente establecer un entorno seguro en donde pueda moverse libremente. Se podrían separar espacios para la recreación, para el baño, para comer, etc. Así se va a sentir seguro en su lugar, dejando de lado reacciones violentas que podrían ser ante el miedo de un sitio en donde no se sienta cómodo o mismo de una compañía – por ejemplo de otra mascota – que no le agrada. Por supuesto, esto será posible en tanto tengamos las posibilidades de hacerlo.
Como ves, son muchas las causas que podrían generar una reacción en tu gato. Siempre es mejor anticiparse y buscar alternativas fáciles y viables para evitar este tipo de situaciones que tan estresantes son para todos. Y recordá siempre consultar con tu veterinario frente a actitudes y conductas a modificar.